Martín es un niño al que su abuela despierta un día de una forma que a él no le gusta mucho. Éste se levanta un poco enfadado y, a partir de aquí, todo el día le sale torcido.
Finalmente, en el colegio, Martín no puede contener más su rabia y pierde el control. Muerde a una compañera de clase por haberle quitado un juguete. Esto hace que hace que su profesora y sus padres se enfaden con él y se sienta peor aún.
Por la tarde Martín va a ver a su bisabuelo, una persona a quien Martín quiere mucho porque le trata como un niño mayor y siempre lo sabe todo. Éste le muestra cómo puede cambiar las cosas una simple sonrisa y le da la oportunidad de volver a empezar el día de un modo diferente.